Tras una pandemia mundial, la agitación cultural, los retos de la subida del coste de la vida y las tensiones geopolíticas, muchos se encuentran experimentando un extraño fenómeno personal que Adam Grant ha etiquetado como «languidez». ¿Cómo podemos pasar de la languidez a la renovación? ¿Cómo pueden los modelos saludables de oración conducirnos a una nueva vitalidad en nuestras vidas individuales, en las comunidades eclesiásticas y en la cultura en general?